«Cuando hubieron orado, el lugar en el que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios». Hechos 4:31

                 Los apóstoles de Jesús no formaron un comité de acción política,  no crearon una comisión financiera para elaborar el presupuesto con el  fin establecer el Reino de Dios, no dependieron de ninguna experiencia pasada, ni tampoco se rindieron frente al desafío de ir a predicar el evangelio y hacer discípulos.  Lo que hicieron fue asistir a una reunión de oración: «Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios». Hechos 4:24

                 Muy a menudo nos encontramos bajo presión o enfrentamos la oposición, y hacemos de todo, «menos orar».   Buscamos las conexiones políticas, organizamos sesiones para planificar estrategias y en otros casos afirmamos y repetimos  las promesas de Dios de una manera rutinaria en lugar de  usarlas bíblicamente. Pero Dios dijo que podríamos recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos. ¿Dónde? En el Trono de la Gracia.  «Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro». Hebreos 4:16

                El grupo de apóstoles en Jerusalén clamaron al Señor diciendo: «concede a tus siervos el proclamar tu palabra sin temor alguno». Hechos 4;29. En respuesta: tembló el lugar en el que estaban reunidos, como si hubiera sido un terremoto. No cabe duda de que hicieron contacto con el cielo. La historia termina con la siguiente frase: «Todos fueron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban la palabra de Dios sin temor alguno». Hechos 4:31  

               En 1744 John Wesley predicó un sermón sobre Hechos 4:31 donde realizó a sus oyentes una serie de preguntas penetrantes  acerca de su indiferencia espiritual. Escuchemos lo que dijo:  

«Cuan pocos pasan una sola hora de oración privada en una semana. Cuan pocos siquiera mencionan a Dios en el curso de sus conversaciones en general. ¿Quiénes de ustedes conocen la obra del Espíritu Santo, su obra sobrenatural en las almas de los hombres? A menos que no sea  de vez en cuando, ¿pueden soportar cualquier mención del Espíritu Santo dentro de la iglesia? ¿No darían por sentando que si alguien empezara tal conversación, sería pura hipocresía o simplemente entusiasmo? En el nombre del Señor Dios todopoderoso, pregunto: ¿A qué religión pertenecen?»

Ven Espíritu Ven, haz lo que quieras hacer.

Pastor Guillermo Novoa.

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